Salaberry: "Deberemos buscar la paz en el caminar"

Este sábado, en el marco del 214° Aniversario de la Revolución de Mayo, se celebró un emotivo Tedeum en la Iglesia Catedral N. S. del Rosario, presidido por Monseñor Hugo Manuel Salaberry sj. La ceremonia contó con la presencia de los sacerdotes P. Francisco Vallejos, P. Marcos Ferreyra y el párroco P. Guillermo Di Pasquale. Abanderados y escoltas de los establecimientos educativos públicos y privados, junto a las fuerzas de seguridad del Partido de Azul, se unieron a la comunidad en este solemne acto. La Banda Militar "Combate de Perdriel" también participó, añadiendo un toque especial con su música.

Durante su homilía, Monseñor Salaberry reflexionó sobre el Evangelio del día, evocando las palabras de Jesús a sus discípulos tras su resurrección: "¡La paz esté con ustedes!" y enfatizó la necesidad de buscar la paz en el caminar diario, un aprendizaje arduo pero esencial para la convivencia en una comunidad viva.

Monseñor destacó que muchas de las dificultades que enfrentaron los primeros gobernantes de la patria aún persisten: peleas internas, críticas desde el exterior, alianzas personalistas, y la dificultad de pensar como una nación integrada. Estas reflexiones, aunque enmarcadas en un contexto cristiano, poseen una profunda universalidad aplicable a todos los ámbitos de la sociedad.

El temor, según Monseñor Salaberry, es una prisión que nos encierra y nos impide avanzar. Ya sea por miedo a enemigos, al castigo, a perder el poder, o a no ser reconocidos, este miedo nos conduce al aislamiento. Sin embargo, en medio de este encierro, debemos encontrar la paz, tal como lo hicieron los apóstoles al salir y predicar la buena nueva. "La paz en el encierro es imposible en una comunidad viva", afirmó.

Las heridas del pasado, lejos de ser motivo de resentimiento, deben ser fuente de historia y memoria, mostrando el costo de mantener la unidad y el trabajo por los demás. Estas cicatrices, recordó Monseñor, no deben ser olvidadas, ya que son testimonio del sacrificio y esfuerzo constante.

Monseñor Salaberry también subrayó la necesidad de un análisis profundo como país, para superar el encierro mental y social en el que vivimos. Hizo un llamado a dejar de buscar la aprobación externa y a enfocarnos en nuestras propias realidades, muchas veces ignoradas o minimizadas.

La acusación de sí mismo, según los santos Padres, es fundamental para mantener la unidad. Monseñor criticó la tendencia de algunos argentinos a citar autores extranjeros que denigran al país, en lugar de defender y valorar nuestra historia y familia nacional. Esta actitud, dijo, no es constructiva y perpetúa la división.

El camino hacia el crecimiento y la cohesión social, insistió Monseñor Salaberry, pasa por un compromiso real con la comunidad y la patria. "Debemos apostar a la familia grande, la que nos constituye como comunidad política, la ciudad, la provincia o la Patria", expresó.

Con un mensaje lleno de esperanza y amor por la tierra que lo vio nacer, Monseñor Salaberry concluyó: "Amo este lugar que aquellos hombres de Mayo prefiguraron. Me quejo, sí, pero sigo apostando a este lugar. No existe ni hay otro en el mundo donde yo sea yo. Que el Señor bendiga abundantemente los hombres de Mayo, que nos dé sabiduría, honestidad y paciencia a todos."

La ceremonia finalizó con una oración por el bienestar del país y un llamado a la unidad y al trabajo conjunto para construir una nación más justa y solidaria. Que así sea.