La cultura como desafío

Columna de Opinión política del equipo de Ramiro Ortíz.

Política 16/07/2023 NdA NdA
Ramiro Ortíz

Campaña Política - La cultura en su más amplia acepción se nos presenta hoy como un enorme desafío, en tiempos complejos en que todo parece ponerse en tela de juicio y en que no hay ya verdades reveladas. En tiempos de pos-verdad todo es incierto, todo se cuestiona, nada es definitivo y todo merece ser revisado. Hay un cambio de paradigma que claramente  se advierte en  el rico campo de la expresión humana, no sólo cultural, sino también social, económico, político y filosófico.

Cualquier hecho cultural intenta ser disruptivo. Se han puesto en juego variables que años atrás hubieran sido impensadas, las perspectivas se han multiplicado y los criterios estéticos han experimentado un giro notable. Esto se observa en la música, en el teatro, en la literatura, en el cine, en las artes plásticas. En los últimos años las categorías han mutado. Los viejos conceptos de lindo o feo, bueno o  malo, han perdido sentido y hoy lo que se busca es explorar, romper estereotipos, sorprender, provocar, interpelar a los destinatarios de las manifestaciones culturales en cualquiera de sus formas.

El desafío, por lo tanto, es enorme. La globalización plantea un escenario de complejidad mayúscula. Los progresos tecnológicos, los avances de la virtualidad, la aceleración de los cambios en la comunicación que propone la ciencia, nos apremian. Todo es veloz, efímero, la inmediatez se ha adueñado de nuestras vidas y el presente perpetuo en que estamos inmersos nos está privando de la reflexión y del pensamiento crítico. El lenguaje se acota, las palabras –que nos permitían incontables vías de expresión- se limitan cada vez más, muchas han quedado en el olvido y las hemos perdido a fuerza de no usarlas; el vocabulario se va angostando.

Mientras tanto, en nuestro entorno más próximo, hay diversidad de fuerzas que empujan, que insisten, que aspiran a lograr un espacio, que se sienten protagonistas. Es preciso generar las condiciones para que toda esta energía creativa fructifique. Azul tiene una larga tradición de grandes realizaciones. Históricamente ha sido así y sólo basta para comprenderlo con  caminar por las calles del centro, admirar las obras arquitectónicas que distinguen  a nuestra ciudad, detenerse en la belleza de la plaza, tan bien rodeada por las fachadas imponentes del Teatro, de la Catedral, del Palacio Municipal. Todo aquello que los forasteros aprecian, todo lo que destacan cuando llegan a visitarnos.

Tiene Azul una historia cultural que es motivo de orgullo. Desde sus primeros años, y sumando el impacto enriquecedor de las corrientes migratorias que la forjaron, nuestro terruño fue creciendo en logros tanto materiales como simbólicos. Con el paso de los años, se fue convirtiendo en un centro de referencia en la región y hay registro de hechos relevantes que  así lo demuestran. La épica reconstrucción del Teatro Español, con el compromiso de toda la comunidad,  es un hito en la historia local. Del mismo modo es preciso consignar la tradición coral, con grupos corales que durante décadas brillaron y no sin esfuerzo pudieron sostener agrupaciones integradas por adultos, pero también por niños y por jóvenes que se constituyeron en semilleros de una actividad tan formativa como valiosa. Se puede seguir enumerando: el Salón Nacional de Artes Plásticas con la participación de artistas de variadas procedencias. Los encuentros de teatro, tan impecablemente organizados por manos generosas y creativas, que tuvieron relevancia no sólo dentro del país sino también más allá de nuestras fronteras. La danza, que ha tenido siempre un sitio preferencial, y que ha alcanzado importantes distinciones en numerosas competencias, representando a la ciudad de manera admirable.   La música también  ha ocupado un sitial privilegiado y hay un extenso listado de autores, intérpretes y compositores  que han hecho historia. Nombres que están para siempre ligados al quehacer musical azuleño y son parte del acervo cultural que nos enorgullece.

Seguramente quedan muchas más expresiones culturales por mencionar. La literatura, la poesía, nombres imborrables que han dejado huella en nuestro pago chico.

Azul ha sido siempre un ámbito de gran movilización cultural. Está en nosotros recuperar esa centralidad. Hacer un inventario de todo lo que alguna vez tuvimos - de todo lo que alguna vez fuimos- y trabajar por ello. Hay muchas voluntades que aspiran a lograrlo; hay una energía creativa dando vueltas que debe ser potenciada.

Poner en valor nuestro patrimonio. Y comprender definitivamente que somos la Ciudad Cervantina de Argentina, designación que nos ubica en un lugar preponderante  que los azuleños no terminamos de asumir.  Aunar esfuerzos en este sentido; tomarnos un momento para reflexionar y hacer una valoración de esta superlativa distinción que honra a nuestro pago chico.

 Empeño colectivo  que será necesario poner en marcha conjugando el esfuerzo de todos aquellos que sientan que tienen algo para  aportar a esta causa comunitaria, que bien puede ser un punto de partida para dar pasos aún mayores. Una puerta entreabierta para recuperar aquel protagonismo.  Tenemos en las manos una formidable oportunidad que se abre ante nuestros ojos, un poco escépticos y un poco aletargados. Sería bueno que pudiéramos tomar plena conciencia de lo que esta nominación significa, aceptar el desafío que nos impone y poner manos a la obra. Sin abandonar el sentido común y el buen criterio de Sancho, es ésta una inmejorable ocasión para poner imaginación y arrojo quijotescos en esbozar utopías, sumando coraje y esfuerzo en el impulso por alcanzarlas.    

 Equipo de Cultura - Ramiro Ortiz

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