Comunicado de la Agrupación 1 de Octubre

En estas últimas semanas hemos visto distintos debates y discusiones alrededor de los programas sociales, su implementación, el gasto que representan etc.
También a partir de esto una aparente contradicción entre los programas sociales y el salario básico universal planteados por algunos sectores con proyecto de ley incluido.
Para poder siquiera comenzar a discutir o plantear posición es necesario ubicar el contexto político y económico que atraviesa nuestro país, pandemia dos años, con miles de muertos, y el miedo constante de colapso del sistema sanitario que aumentaría esas cifras, con ese miedo golpeando la puerta y con los sectores de clase trabajadora informal sin ingresos haciéndole frente día a día aun en ese contexto desfavorable para cuidarse y cuidar a los seres queridos, saliendo del encierro y los temores por el COVID, comienzan a instalar poco a poco la idea de que la guerra entre Rusia y ucrania elevarían el precio de la comida, generaron las condiciones subjetivas instalaron la sensación y ahora objetivamente quieren avanzar en ese sentido los sectores de la oligarquía agrícola ganadera impactando en el creciente precio de los alimentos.
La idea instalada precisamente hacía referencia a que la demanda de alimentos del mundo por el COVID y la guerra generarían una suba del precio de la comida, idea totalmente falaz, ya que lo que genera aumento en el precio de los alimentos no es la demanda sino la especulación de la oligarquía que se quiere beneficiar con la situación internacional para enriquecerse aún más, el precio que están dispuestos a pagar para llenarse más los bolsillos es lo que históricamente hacen los oligarcas, que la sangre las vidas el hambre sea del pueblo, ya que meterse con la comida es condenar a la muerte y la miseria a millones que ya estaban en la indigencia y empujar a esa condición a otros millones más.
La oligarquía de ninguna manera es patriota ni nacionalista, ese es el disfraz que utilizan para que muchos sectores se solidaricen con los ataques que dicen recibir, con discursos de meritocracia despreciando a los sectores más empobrecidos de nuestro país. Debemos comprender que la palabra oligarca no es solo la adjetivación de la concentración del poder y la riqueza en la argentina con una matriz productiva agrícola ganadera, sino que esta concentración de riqueza define el rumbo político y económico de nuestro país, marcando la agenda constantemente, no solo en el debate de si los pobres somos un gasto, si se genera inflación a partir del déficit fiscal sino además generando inestabilidad reteniendo las cosechas sin liquidarla para desestabilizar la economía.
Esta oligarquía el único fin que persigue es beneficiarse, no tienen patria, se recuestan siempre para el lado que les conviene comercialmente, en este caso es vender todo al mundo dejando sin comida a los argentinos y que si queremos comer la paguemos a precio internacional ya que ellos no tienen la culpa de lo que sucede, es su propiedad privada son sus granos, el comercio exterior es privado y el estado no interviene en absolutamente nada, hacen y deshacen a su antojo sin control.
Han aprendido mucho, incluso utilizan la tercera posición y el planteo de movilidad social ascendente del peronismo para que sectores de trabajadores asalariados considerados clase media tengan pensamientos ideológicos de pequeña burguesía despreciando y combatiendo a otros sectores de clase trabajadora empobrecida, con un 50% de trabajadores sumidos en la indigencia y otro tanto en la pobreza, con una canasta básica de 120 mil pesos y un salario mínimo de 45mil pesos, se dan la tarea de generar debate marcar la cancha dividiendo una parte del pueblo que se exalta por la asistencia para combatir la miseria y apoya a la oligarquía diciendo que el campo somos todos como en el 2009.
Esta oligarquía que retiene los granos, responsables de la timba financiera del mercado negro de los dólares, que especula con la necesidad habitacional invirtiendo en ladrillos, esta oligarquía considera que si los pobres no tienen capacidad y los méritos se tienen que cagar de hambre. Lo nefasto de este pensamiento es que lo han instalado como pensamiento de parte del pueblo que se comió el discurso de la clase dominante más arrastrada que es la oligarquía rancia de nuestro país.
Hablan de mérito como si fuera un título de nobleza nuevo, y ellos no han hecho ningún mérito para enriquecerse de la manera que lo hicieron, no trabajan nunca, tienen un puestero cada mil hectáreas, le pagan el salario mínimo y ahora ni siquiera los blanquean trabajan como monotributistas. Esta oligarquía que solo descendieron de antepasados asesinos y ladrones que invirtieron en armas y balas cercaron se repartieron la tierra de los pueblos originarios asesinados y masacrados, solo se la heredaron, se la repartieron como aves rapaces entre los hijos cada vez que moría un oligarca y así generación tras generación, de esta tierra mal habida llena de sangre y fuego obtuvieron riqueza, garantizan a sus hijos universidad buena alimentación vacaciones en el verano europeo o brasilero, van al teatro y marcan la agenda política y económica, sin ningún mérito, sin trabajo sin esfuerzo.
Estos rufianes vagos y asesinos, hijos nietos sobrinos hermanos, todos fruto de la oligarquía, mantiene su esencia intacta, ellos se la pasan sin hacer nada explotando a trabajadores, de joda y timba, pero han aprendido de la calle y mucho, son capaces de debilitar o voltear un gobierno, sin discutir si este tiene capacidad de gobierno o no, simplemente reconocer en esta oligarquía la voluntad de utilizar su incidencia en la economía para marcar la agenda de cualquier gobierno y torcerle el brazo.
Retener las cosechas es parte de esta maniobra, tenemos serias dudas de que quieran cambiar el gobierno a mitad de camino, este sistema los favorece tal cual esta, con cierta credibilidad reforzada con elecciones cada dos años, una inestabilidad política como el 2001 tampoco les conviene, teniendo en cuenta que antes llegaban al poder dando golpes de estado y en este tramo de la historia lo han hecho a través de las elecciones con el gobierno de Mauricio Macri.
Quieren mantener sus beneficios y privilegios, y mostrar la capacidad de daño económico los beneficia políticamente de dos maneras, necesitan romper la coalición de gobierno actual para generar una alternativa propia, para no tener que estar haciendo demostraciones de fuerza constantes como ahora, así pueden seguir de joda y de timba sin preocupaciones.
Un albañil gana hoy 1 dólar por hora, y el kilo de carne sale 5 dólares, los trabajadores son explotados por un pedazo de carne, y se dejan explotar por necesidad para garantizar un plato de comida, realidad de millones que hacen merito cada día, con responsabilidad dedicación y esfuerzo, pero como no nacieron en cuna de oro no pueden garantizar más que un plato de comida a sus hijos, con una realidad aún más desesperante, a estos valores de inflación con salarios congelados está en riesgo también la comida.
El sistema capitalista no tiene lugar para tantos, no hay oportunidades para todos, por eso mismo, donde antes repartía migajas hoy ya no quieren siquiera esto para el pueblo empobrecido, el que no tenga el mérito que no coma, ese es el pensamiento que debemos combatir, ya que buscan generar la subjetividad para que luego cuando efectivamente no alcance para todos, nos encuentre a la clase trabajadora peleando por esas migajas.
El avance de los imperialismos en el mundo y la oligarquía lacayos de estos en nuestro país, muestra que no le hemos dado batalla suficiente, mientras ellos se preparan debaten y nos acorralan, nosotros seguimos cayendo en la ya trillada divide y reinaras.
El egoísmo, el individualismo, el clientelismo no nos pueden llevar a discutir cosas que no les sirven a los compañeros y al pueblo para avanzar, no se puede negar el debate ni mucho menos negar un plato de comida a parte del pueblo solo porque no hemos tenido la capacidad la decisión o la correlación de fuerza suficiente para revertir ese avance de la oligarquía sobre los intereses de la clase trabajadora y el pueblo.
Así como dicen que parte del pueblo rechaza los programas sociales, pretenden en este momento histórico donde claramente se ve quienes especulan y se enriquecen en medio de la miseria, esta oligarquía escondida atrás de un discurso patriota, hoy amontona en los silos bolsas para que el albañil, la empleada doméstica, el plomero la maestra el jardinero el comerciante todos paguen cada vez más por la comida y vayan resignando otras necesidades y su vida se reduzca solo a comer, quieren que las organizaciones nos polaricemos, dividamos en una falsa contradicción o dicotomía, en una esquina del ring el POTENCIAR TRABAJO, en la otra el SALARIO BÁSICO UNIVERSAL, mirando desde el palco la oligarquía y la clases dominantes como el blanco lo ubicamos al lado, disfrutando ellos del escarnio público y la batalla interna.
Como organización creemos necesario dar el debate hacia dentro de las organizaciones y al mismo tiempo extensivo a todo el pueblo.
En primer lugar combatir la idea de que la inflación es producto de la emisión monetaria de pesos para programas sociales, de ser así tendrían que explicar cuál será el impacto en la economía del nuevo dólar soja que consiguió la oligarquía apretando a Alberto Fernández al no liquidar las cosechas para frenar la corrida del dólar, cuál será el impacto de esta decisión y elección. Ya que no se puede defender al pueblo sin pelearse con la oligarquía, de lo contrario será a la inversa.
Combatir la idea de que la concentración de la tierra y la riqueza beneficia al pueblo, demostrado ha quedado estas semanas que la oligarquía agrícola ganadera solo piensa en sus intereses y su beneficio económico, y en ese esquema productivo nefasto que han instalado estamos sobrando muchos. La siembra directa y el avance tecnológico solo favorece a los oligarcas y es un gran generador de desocupación y desigualdad. Rebolean semillas y nacen dólares, tratan mejor a una vaca que al peón de campo, se enferma el animal y llaman a un veterinario que va al campo a curarlo, se enferma el empleado y tiene que ir al hospital público desbordado a esperar.
En este contexto creemos necesario dar la batalla política ideológica y económica, todo lo que se pueda arrancar para el pueblo bienvenido sea, se está discutiendo una migaja, un salario básico universal, para llegar con un plato de comida hasta el último rincón de nuestro país, donde hace décadas vienen tirando a la miseria y al hambre a millones, no podemos pelearnos si la migaja si o la migaja no, elevar el debate significa aceptar y sincerar nuestras propias debilidades y limitaciones como organizaciones que pretendemos cambiar la realidad.
Esto significa debatir la política real, de la misma manera que la asignación universal por hijo no desarticulo a las organizaciones, porque creer que un salario básico universal lo haría. Hoy vemos que las compañeras que tienen asignación se organizan trabajan y luchan, porque esa asignación no resuelve todas sus necesidades, pero es cierto que tener resuelto el plato de comida permite que se organicen mas ya que la teoría de algunos, que cuanto más cagado de hambre el pueblo genera mejores condiciones para luchar es un error enorme, una persona con carga de familia y con hambre solo puede pensar en resolver esa necesidad individual e inmediata, una salida colectiva y de fondo requiere necesariamente tener resuelto el plato de comida, y continuar la pelea por recuperar el aparato productivo para que los trabajadores superen los 120 mil pesos de salario mínimo.
Es tan rancia la oligarquía que dar una moneda en el semáforo para ellos es comunismo. El salario básico universal es una moneda en comparación con las enormes riquezas que amasan aprovechando que los pobres trabajemos solo por la comida. Contraponer el SALARIO BÁSICO UNIVERSAL al POTENCIAR TRABAJO es un error que solo favorece a la oligarquía, ya que decidir seguir organizados en unidades productivas o cumpliendo un fin social por 24mil pesos o quedarte en tu casa por 14 mil, será una decisión que los compañeros tendrán que tomar, y pelear para que los compañeros puedan decidir fortalecerá a las organizaciones que luchamos para cambiar esta realidad desfavorable para el pueblo y la clase trabajadora, nos permitirá elevar la vara y poder dar la batalla con la tranquilidad de que el plato de comida está garantizado, que es una parte muy chiquita pero necesaria.
Tenemos el deber de reorganizarnos, dar el debate político y económico, sobre todas las medidas que favorecen al pueblo en general y como tener entre nuestras filas a compañeros organizados y convencidos permitirá enfrentar lo subjetivo que plantean las clases dominantes y construir entre los más avanzados un cambio objetivo en las condiciones de nuestro pueblo, nuestras organizaciones como herramientas como instrumentos de lucha para transformar la realidad requieren que estemos a la altura de este momento histórico dispuestas a asumir responsabilidades y riesgos necesario en el avance de la conquista de derechos para nuestro pueblo, enfrentar a la oligarquía, saber qué cosas nos unen y cuales nos separan , el límite que defina los reagrupamientos tiene que ser enfrentar la conciliación de clases y el hambre, debatir sobre la unidad en la acción, con sinceridad y compromiso sin especular, pero seguros de que a la oligarquía se le tiene que arrancar, la verdadera contradicción es OLIGARQUÍA O PUEBLO, en esa contradicción se define la etapa actual, podemos dejar que avancen ellos con más hambre y miseria o podemos avanzar nosotros resignando cuestiones de forma pero discutiendo y acordando en las de fondo.
La oligarquía quiere que el pueblo pase hambre, que nuestros hijos no tengan futuro, en esa posición expresa y manifiesta es necesario para tener conquistas para nuestro pueblo pegarles en el órgano que más le duele a los oligarcas, que es el bolsillo, no solo ir a sus sedes de sociedad rural y sus fiestas, sino además frenarles sus remates de hacienda, ellos comercializan todo el año, y el ingreso de divisas por las vacas les permite aguantar y especular con el grano, cortar la ruta en los ingresos a los puertos donde se llevan la comida afuera para enriquecerse, dar una pelea territorial y de disputa concreta porque en este contexto se está definiendo quien come y quien no , quien vive con dignidad y quienes mueren en la miseria absoluta, si la oligarquía quiere eso para los nuestros que no vivan en paz los de ellos.
Democratización de los recursos naturales nacionalización del comercio exterior
Movimiento 1° de octubre
