"Ellas y ellos estuvieron…" - Eva Duarte

Por Eduardo Agüero Mielhuerry.

Cultura y educación25/07/2024NdANdA
Eva Duarte

Eva María Ibarguren nació el 7 de mayo de 1919. Fue hija de Juana Ibarguren  y Juan Duarte, un estanciero e importante político conservador de Chivilcoy. Allí, Juan Duarte, mantenía una familia legítima con su esposa legal Adela y sus seis hijos; y poseía otra ilegítima, en Los Toldos, con Juana Ibarguren, con quien tuvo cinco hijos. Por esta razón, la pequeña Eva fue anotada al momento del bautismo con el apellido materno, sin embargo, al ser inscripta en la escuela de Junín, la anotaron como Eva María Duarte.

Eva nació en el campo “La Unión” en el área de Los Toldos, a 60 km al Sur de la ciudad de Junín. El campo era propiedad de Juan Duarte y allí vivió la familia de Eva al menos desde 1908 hasta 1926, año en que la historia familiar comenzaría a cambiar… 

El 8 de enero de 1926 su padre falleció en un accidente automovilístico en Chivilcoy. La familia entera viajó a esa ciudad para asistir al velatorio, pero la familia legítima le prohibió la entrada en medio de un gran escándalo. Gracias a la mediación de un hermano político del padre, quien era por entonces Intendente de Chivilcoy, pudieron acompañar el cortejo hasta el cementerio y asistir al entierro.

Tras el fallecimiento de Juan Duarte, Juana y sus hijos quedaron desprotegidos, por lo que debieron trasladarse a Los Toldos, que era una pequeña población de tipo rural. Posteriormente la familia se mudó a Junín y allí, en 1934, Eva terminó su educación primaria en la Escuela N° 1 “Catalina Larralt de Estrugamou”. 

            El 2 de enero de 1935, Evita, de apenas 15 años, migró definitivamente a Buenos Aires junto a su hermano Juan, cinco años mayor. 

Una vez llegada a “la gran ciudad”, adoptó el nombre artístico de Eva Durante. En breve obtuvo un empleo para actuar en un papel secundario en la compañía teatral de Eva Franco, una de las principales de la época. El 28 de marzo de 1935 debutó profesionalmente en la obra “La señora de los Pérez”, en el Teatro Comedias. 

Lentamente Eva fue logrando un cierto reconocimiento, participando primero en películas como actriz de segunda línea, también como modelo, apareciendo en la tapa de algunas revistas de espectáculos, pero sobre todo comenzó una carrera exitosa como locutora y actriz de radioteatros formando parte de la Compañía de Teatro del Aire y la Compañía Candilejas. 

El 3 de agosto de 1943 Eva comenzó también a actuar sindicalmente y fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), primer sindicato de los trabajadores de la radio, el cual presidiría poco después.

El amor…

El 22 de enero de 1944, por casualidad, la joven Eva conoció a Juan Domingo Perón (viudo desde 1938), en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló la ciudad de San Juan. 

Apenas un mes después, Perón y Eva ya estaban viviendo juntos. Mientras tanto, ella seguía desarrollando su carrera artística, trabajando en tres programas radiales diarios: “Hacia un futuro mejor”, donde difundía las conquistas sociales y laborales que conseguía la Secretaría de Trabajo, el radioteatro “Tempestad” y  “Reina de reyes”. También actuó en dos películas, “La cabalgata del circo”, con Hugo del Carril y Libertad Lamarque, y “La pródiga” que no llegó a estrenarse en su época.

El 8 de octubre de 1945 a la noche se produjo un golpe de Estado dirigido por el general Eduardo Ávalos que exigió de inmediato y obtuvo la renuncia de Perón al día siguiente, quien ejercía simultáneamente los cargos de vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión. Durante una semana los grupos antiperonistas tuvieron el control del país pero no se decidieron a tomar el poder. El 13 de octubre Perón fue detenido y confinado en la cañonera Independencia, que zarpó hacia la Isla Martín García.

Por entonces parecía que Perón había sido definitivamente desplazado de la actividad política. Sin embargo a partir del día 15 de octubre los sindicatos comenzaron a movilizarse para exigir su libertad, hasta desencadenar la gran manifestación del 17 de octubre que finalizó con su liberación, provocó la recuperación de las posiciones en el gobierno que tenía la alianza militar-sindical y abrió el camino para su victoria en las elecciones presidenciales.

Eva y Juan contrajeron matrimonio el 22 de octubre en Junín. Dos días después se realizó la ceremonia católica en la iglesia de San Francisco, en la ciudad de La Plata. Al casarse con Perón su nombre legal fue establecido como María Eva Duarte de Perón

Eva y Perón por primera vez en Azul

Eva comenzó abiertamente su carrera política acompañando a Perón, como su esposa, en la campaña electoral para las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946. Ya en ese momento era evidente que su intención era desempeñar un papel político autónomo, incluso aunque las actividades políticas estuvieran limitadas o prohibidas para las mujeres. 

Eva y su esposo, acompañados por el candidato a vicepresidente Juan Hortensio Quijano, estuvieron por primera vez en Azul el 18 de febrero de 1946, en plena campaña electoral. En torno al palco levantado frente a la plaza de la Estación del Ferrocarril (Plaza Florentino Ameghino), se congregó un numeroso público con pancartas, estandartes y cartelones. En su improvisado discurso, entre otras tantas cuestiones, Perón señaló: “Venimos desde hace más de un mes recorriendo todos los pueblos y venimos dando la mano a cientos de miles de descamisados que, como nosotros, representan un movimiento que ya ha triunfado”. 

Por último, Perón le rindió homenaje a las mujeres azuleñas y manifestó: “…queremos que la mujer enseñe a su hijo desde la cuna nuestras ideas que son puras y sanas”. Las miradas y gestos entre el futuro Presidente y Eva (que compartió el palco) fueron intensos y junto a lo dicho marcaron claramente lo que sería el futuro posicionamiento de las mujeres en la política.

Así como llegaron, poco después se marcharon en tren. 

El 24 de febrero de 1946 se realizaron las elecciones triunfando la fórmula Perón-Quijano con un 54% de los votos.

Haciendo carrera…

Tres días después de las elecciones, Evita pronunció su primer discurso político en un acto organizado para agradecer a las mujeres su apoyo a la candidatura de Perón. En esa oportunidad Evita exigió la igualdad de derechos para hombres y mujeres y en particular el sufragio femenino. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el nuevo gobierno constitucional. Fue aprobado y convertido en la Ley 13.010, la que establecía la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres y el sufragio universal en la Argentina. 

Perón, Evita y otros dirigentes peronistas pensaron en una gira internacional, inédita en aquel momento para una mujer, que pudiera ubicarla en el primer plano político. La gira se extendió del 6 de junio y al 23 de agosto de 1947. Durante la misma visitó España, Italia y el Vaticano, Portugal, Francia, Suiza, Brasil y Uruguay. Su intención oficial era oficiar de embajadora de buena voluntad y conocer los sistemas de ayuda social instalados en Europa. Entre las personalidades más sobresalientes con las que se entrevistó se destacaron el dictador Francisco Franco y el Papa Pío XII, como así también con  Monseñor Roncalli, quien en el futuro sería el Papa Juan XXIII.

La actividad por la cual Evita se destacó durante el gobierno peronista fue la ayuda social orientada a atender la pobreza y otras situaciones sociales de desamparo. Tradicionalmente en la Argentina esa actividad estaba en manos de la Sociedad de Beneficencia, una antigua asociación cuasi estatal creada por Bernardino Rivadavia a principios del siglo XIX, dirigida por un selecto grupo de mujeres de la clase alta. El 6 de septiembre de 1946 había sido intervenida y, a partir de entonces, el peronismo se ocupó de la asistencia y la ayuda social que tuvo un fuerte contenido populista. 

Inmediatamente después de regresar de su gira europea, Evita organizó una Cruzada de Ayuda Social, que se orientaba a atender ancianos y mujeres desamparadas, mediante subsidios y hogares temporarios. El 8 de julio de 1948 se creó la Fundación Eva Perón.

La Fundación realizó un amplio espectro de actividades sociales, desde la construcción de hospitales, asilos, escuelas, colonias de vacaciones, hasta el otorgamiento de becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promoción de la mujer en diversas facetas. La Fundación realizaba anualmente los famosos Juegos Infantiles Evita y Juegos Juveniles Juan Perón.

La preocupación especial de Eva por los ancianos la llevó a redactar y proclamar el 28 de agosto de 1948 el llamado Decálogo de la Ancianidad, una serie de derechos de los ancianos que al año siguiente fueron incorporados a la Constitución Argentina de 1949. Los 10 Derechos de la Ancianidad eran: asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto.

Buscando incrementar la influencia política de las mujeres, Eva fundó el Partido Peronista Femenino (P.P.F.), el 26 de julio de 1949, presentándolo en el Teatro Nacional Cervantes. El P.P.F. estaba organizado a partir de unidades básicas femeninas que se abrían en los barrios, pueblos y sindicatos canalizando la militancia directa de las mujeres. En este sentido, la igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó la Constitución del ’49.

La segunda y última…

            En un año particular, el periódico “Diario del Pueblo” tituló “Abigarrada multitud cubrió ayer la Plaza del Libertador”. El 5 de marzo de 1950, el presidente de la República, Juan Domingo Perón, y su esposa, Eva Duarte, visitaron Azul por segunda vez para la clausura del Primer Congreso de Cooperativas Agrarias de la Provincia de Buenos Aires.

            El intendente Ernesto María Malére y un gran número de personas recibieron a los ilustres visitantes en la Estación de Trenes. Mucha más gente se agolpó en la calle Yrigoyen para asistir al paso del Presidente y la Primera Dama.

            En el palco armado frente a la Municipalidad, en la oportunidad hicieron uso de la palabra el gobernador bonaerense, coronel Domingo Alfredo Mercante; el ministro de Hacienda, Ramón Antonio Cereijo; y, finalmente, “Evita” quien recibió las mayores ovaciones de las almas que atiborraban la plaza.

Luego los oradores y la nutrida comitiva continuaron con las actividades previstas en la Agenda oficial. El Presidente y su esposa se dirigieron en automóvil hasta el Casino de Oficiales del Regimiento, donde se los agasajó con un vino de honor.

En las primeras horas de la tarde, la comitiva oficial, encabezada por Perón y su esposa se dirigieron al Parque Municipal donde se estaba llevando a cabo un almuerzo. En la oportunidad, el Presidente se dirigió a los presentes por los altoparlantes instalados para la ocasión. Los comensales brindaron con profunda algarabía y en pocos instantes, Perón y Evita partieron a la Estación para regresar a Buenos Aires en el tren de las 14 horas.

Esa maldita enfermedad

En 1951, el movimiento sindical impulsó la candidatura de Eva Perón como Vicepresidente de la República, candidatura muy resistida, incluso dentro del Partido Peronista, por los sectores que querían evitar un avance sindical.

En las elecciones generales de 1951 fue la primera vez que las mujeres pudieron presentarse como candidatas. Debido a su gran popularidad la presentación de la candidatura de Eva Perón era entonces un hecho inevitable. El movimiento obrero comprendió rápidamente que la candidatura al cargo de Vicepresidente de la Nación, acompañando a Perón, significaba un fortalecimiento notable del sector sindical en el gobierno peronista. La audaz jugada desató una aguda lucha interna en el peronismo e intensas gestiones de los grupos de poder, en la que los sectores más conservadores presionaron fuertemente para evitarlo. Simultáneamente a este proceso Evita desarrolló un cáncer de cuello de útero que acabaría con su vida en menos de un año.

En ese contexto, el 22 de agosto de 1951 se produjo el Cabildo Abierto del Justicialismo convocado por la Confederación General del Trabajo. La reunión atrajo a cientos de miles de trabajadores, y constituyó un hecho histórico fuera de lo común. En su transcurso los sindicatos le pidieron a Evita que aceptara la candidatura a vicepresidente. Tras varias dubitaciones, solicitó un pequeño tiempo para decidirse. Nueve días después, Eva habló por radio para informar que había decidido renunciar a la candidatura, pasando ese día a la posteridad como Día del Renunciamiento.

En medio de su complejo estado de salud, el 15 de octubre Eva publicó su libro “La razón de mi vida”, escrito con la ayuda del periodista español Manuel Penella entre otros. Veinte días más tarde, fue intervenida quirúrgicamente por el famoso médico oncólogo estadounidense, George Pack, en el Hospital de Avellaneda, construido por la propia Fundación Eva Perón. Seis días después votó allí, en su cama, en las elecciones generales que consagraron la reelección de Perón. 

Por entonces empezó a preparar su último libro, conocido como “Mi Mensaje”, dictado al dirigente sindical de los docentes, Juan Jiménez Domínguez, y finalizado pocos días antes de morir. 

El Congreso Nacional le otorgó el título de “Jefa Espiritual de la Nación”, el 7 de mayo de 1952, cuando Eva cumplía 33 años. 

El mensaje final

El estado de salud de Evita se deterioró velozmente y, aunque recibió radioterapia en varias ocasiones, no tuvo mejorías. El 26 de julio de 1952, falleció a las 20:23 pero al comunicar el fallecimiento el Subsecretario de Informaciones, Raúl Alejandro Apold, cambió la hora por la de 20:25 que consideró más recordable y a partir de entonces y hasta el derrocamiento de Perón cuando llegaba la hora indicada, todos los días, en todas las radios se escuchaba que eran “las 20:25, hora en que Eva Perón pasó a la inmortalidad”. 

Tras su muerte la C.G.T. declaró tres días de paro y el gobierno estableció un duelo nacional de 30 días. Su cuerpo fue velado en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto que fue llevado al Congreso de la Nación para recibir honores oficiales, y luego a la CGT. La procesión fue seguida por más de dos millones de personas.

El cuerpo de Evita fue embalsamado por el Dr. Pedro Ara y mantenido en exposición en la CGT. Mientras tanto, el gobierno empezó las obras del “Monumento al Descamisado” que sería su tumba definitiva. Cuando la Revolución Libertadora derrocó a Perón, el cadáver fue secuestrado y luego vagó por el mundo por casi veinte años…

Finalmente descansa en paz en el Cementerio de la Recoleta, mas sus palabras aún recobran valor en los corazones de muchos argentinos: “Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi Patria. Quisiera que de ella se diga, aunque no fuese más que en una pequeña nota, al pie del capítulo maravilloso que la historia ciertamente dedicará a Perón, algo que fuese más o menos esto: ‘Hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente las esperanzas del pueblo, que luego Perón convertía en realidades’. Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada si la nota terminase de esta manera: ‘De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita’”.

MÁS INFORMACIÓN EN: www.historiasypersonajesdelazul.blogspot.com

 

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