"Ellas y ellos estuvieron…" - Camila Rolón

Por Norma Iglesias y Eduardo Agüero Mielhuerry.

Cultura y educación 25/04/2024 NdA NdA
Camila Rolón

Camila Corina Rolón nació en San Isidro, Buenos Aires, el 18 de julio de 1842. Sus padres fueron María Gutiérrez y Eusebio Rolón.

Cuando era una adolescente, Camila ejerció el apostolado catequístico entre los pobres y los ricos, en la iglesia y en los domicilios particulares o su propia casa, a la que solía llegar acompañada de uno o más niños recogidos en la calle, a los cuales vestía, alimentaba e instruía. El Padre Francisco Villar fue su director espiritual.

Contaba con 25 años de edad cuando el cólera asoló Buenos Aires; sin temor al contagio, visitaba a los enfermos, de casa en casa. Tres años más tarde apareció la fiebre amarilla. Una de las primeras en caer enferma fue su propia madre; pero las atenciones piadosas no menos que las plegarias fervientes de su hija, le devolvieron la salud. No ocurrió lo mismo con su hermano Andrés, que murió víctima del flagelo al igual que el anciano Sacerdote que fuera su guía.

El 21 de abril de 1875, tomando el nombre de Dolores de San José, ingresó al Carmelo fundado poco antes en Buenos Aires. Pero, después de sólo veintinueve días de permanencia en el convento, gravemente aquejada por un tumor -que la acompañaría durante toda su vida-, regresó a su casa. 

En julio de 1877 un joven sacerdote amigo de su familia, el Padre Saturnino Azurmendi, fue designado para regir una parroquia de campaña. Camila, aún convaleciente, se trasladó a Capilla del Señor, para prestar ayuda al joven párroco.

Un lazarista francés, que se desempeñaba como director del santuario de Luján, el Padre Emilio George, resultó el hombre providencial para ella. De hecho, fue el autor del Proyecto de Regla de la nueva “Asociación de San José, puesta bajo la protección de Ntra. Sra. del Carmen”, aprobado el 23 de diciembre de 1880.

Grandes sacrificios

El 28 de enero de 1880, acompañada de un grupo compuesto por dos amigas mayores que ella, dos muchachas y once niñas huérfanas, Camila se dirigió a Mercedes. Allí se instalaron en una casa vieja que, al cabo de siete días, fue transformada en el “Asilo de San José”.

El Asilo prosperó continuamente. El 19 de marzo de 1881, tuvo lugar la toma de hábito de las primeras cuatro hermanas: Camila Rolón, Rosa Zurueta, María Pía González y Juana Cabral. El grupo inicial se transformó en una verdadera congregación religiosa con la dirección espiritual del Padre George.

El 20 de octubre de 1885, Camila y tres religiosas se dirigieron a realizar una nueva fundación en el pueblo de Rojas. Pidiendo de puerta en puerta, la Hermana Rosa, una de las fundadoras, dio con la casa de don León Gallardo, quien tenía a su cargo tres niños huérfanos, hijos de unos puesteros suyos. Gallardo prometió construir un asilo de varones modelo, que sirviera también para instalar en él la Casa Madre de la Congregación. Este fue el origen del Asilo de Muñiz, que se inauguró el 17 de mayo de 1889.

El 23 de septiembre instaló en Mercedes una casa de corrección, que tituló “Casa de San José de la Divina Providencia”. Y el 2 de octubre, las Hermanas Pobres de San Jasé se hicieron cargo de un asilo de mendigos en la localidad de San Vicente, Buenos Aires.

Para 1895, después de fundaciones en Buenos Aires, Santiago del Estero y en el Uruguay, el instituto contaba con dieciséis casas entre asilos, hospitales y colegios, y alimentaba y vestía a más de setecientos huérfanos.

Asilo de Mendigos del Azul

En el año 1895 un grupo de vecinos, encabezado por Aquiles Pouyssegur, León López, Emilio F. Recke y Ramón A. Díaz, decidió cobijar a los mendigos de Azul y para ello formó una comisión llamada Sociedad Hermanas de los Pobres. El 6 de enero de 1898 inauguraron el “Asilo de Mendigos”, situado en la esquina de las calles Colón y 9 de Julio. El periódico “El Imparcial” de nuestra ciudad, en una nota expresaba que el lugar contaba con “24 camas en piezas aseadas y perfectamente higiénicas”, además de un departamento para pensionistas y un taller de labores.

El servicio interno del Asilo fue confiado a las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, habiendo estado para la inauguración Sor Camila Rolón. En una misiva firmada por ella, detalla lo realizado en nuestra ciudad: “A la mayor honra y gloria de Dios Nuestro Señor y honor de nuestros esclarecidos patronos la Santísima Virgen del Carmen y nuestro Santísimo Padre Señor San José, el día 6 de Enero del año del Señor de 1898 con la aprobación de nuestro amadísimo Prelado el Excelentísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo, Dr. Don Uladislao Castellano, nos hicimos cargo de la administración interna del Asilo de Mendigos, que en la ciudad de Azul, Provincia de Buenos Aires, fundó la sociedad de “Hermanas de los Pobres”, para asilo de los pobres desvalidos de ambos sexos y al mismo tiempo la atención de un taller de costura blanca para enseñar a las niñas pobres, inspirándoles el amor al trabajo. El acto de inauguración fue presidido por el Señor Cura Párroco, Doctor Don Agustín Piaggio. Bendijo primero toda la Casa y acto continuo celebró el santo sacrificio de la Misa, terminada ésta el Sr. Presbítero Pujato pronunció un elocuente discurso, alusivo al acto, ante una selecta y numerosa concurrencia.

El día 8 a las 6 a/m. el mismo estimadísimo Señor Cura celebró la Santa Misa en la Capilla u oratorio recientemente preparado, dejando instalado el Smo. Sacramento. Esta nueva casita del Smo. Patriarca se llamará ‘Asilo San José para Mendigos’. (…)”.

Al frente del Hospital de Caridad del Azul

El intendente doctor Alejandro Brid, requirió los servicios de la Congregación de Hermanas de Pobres Bonaerenses de San José, bajo la dirección de Sor Camila Rolón, para ejercer la Dirección y Administración del Hospital de Caridad Municipal, para lo cual celebró un convenio con esta religiosa. Y una vez más, la pluma de Sor Camila informaba lo acontecido: “En el día 9 de junio del año del Señor de 1899 con anuencia de nuestro dignísimo Prelado Diocesano, nos hicimos cargo de la dirección y administración del Hospital Municipal de Azul, Provincia de Buenos Aires, previo el convenio firmado de ambas partes con el Señor Intendente Municipal, que es quien suministrará todos los gastos del citado Hospital. El mismo día 9 a las 9 y media a/m. se celebró la Santa Misa por el Señor Cura Manuel Pujato, se bendijo el local destinado a Capilla, siendo padrinos el Señor Intendente Dr. Alejandro Brid y su esposa Señora Sara de Brid; fue madrina de la imagen de San José, la Sra. Manuela de Zavala; de la Santísima Virgen del Carmen, la Sra. Cecilia de Portalet y del Santo Cristo, la Sra. Delia de Ocampo; en seguida se bendijo el departamento de las Hermanas, y terminada la ceremonia religiosa, el Sr. Intendente puso en manos de la Hermana Superiora las llaves y gobierno del Establecimiento. (…)”.

La despedida del Azul

Tras un relevamiento realizado por la Comisión de Damas Administradoras del Hospital, frente a diversas quejas infundadas y la influencia notable de la Logia masónica “Estrella del Sud” Nº 25 que operaba activa y abiertamente en nuestro medio, se decidió el desplazamiento de las Hermanas de la Congregación que encabezaba Sor Camila. Así, el 26 de abril de 1902, se retiraron del Hospital, por lo que la intendencia inició la reestructuración del personal del establecimiento.

Nuevos horizontes 

A fines de octubre de 1904, la Sor Camila zarpó rumbo a Roma nuevamente. Por primera vez en la historia una Superiora General de la Argentina viajaba a Europa a fundar una casa religiosa, lo cual aconteció el 28 de enero de 1905.

Para su sorpresa, halló ni más ni menos que a al sacerdote argentino José León Gallardo, hijo de su gran bienhechor León Gallardo, que secundó con generosidad la instalación de un Noviciado de las josefinas en Roma.

El 10 de mayo de 1909 la Sagrada congregación despacha favorablemente el pedido de autorización para trasladar la Casa Generalicia a Roma. Fundó entonces en Barcelona una escuela destinada a educar a los hijos de gitanos, y en Génova un “Asilo de San José”, para niñas pobres. A fines de noviembre de 1909 regresó a su patria, donde la noticia y los planes del traslado de la cabeza de la Congregación al Viejo Mundo suscitaron los más encontrados comentarios.

La Navidad de aquel año fue la última que celebró en la Casa de Muñiz. Visitó en peregrinación de despedida el Santuario de Nuestra Señora de Luján; visitó por última vez el templo de su natal San Isidro. El 27 de setiembre de 1910, se embarcó rumbo a Roma…

El fin del peregrinar terrenal

El 19 de noviembre de 1910, con toda solemnidad, fue erigida canónicamente en la “Ciudad Eterna” la Casa Generalicia de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José. 

Sor Camila de San José Rolón falleció el 16 de febrero de 1913.

Sus restos mortales, trasladados a la Argentina, llegaron en marzo. Fueron velados en la Catedral de Buenos Aires, previo solemne funeral, con la presencia del Arzobispo Monseñor Antonio Espinosa y del Cabildo Eclesiástico, y llevados a Muñiz, donde reposan, desde entonces, en la Capilla de la Casa Generalicia del Instituto.

El 2 de abril de 1993, Su Santidad Juan Pablo II, declaró solemnemente que: “Consta que la Sierva de Dios Camila de San José Rolón ha ejercitado en grado heroico las virtudes de la Fe, Esperanza y Caridad hacia Dios y hacia el prójimo, como también las virtudes cardinales de Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza y las anexas, en el caso y a los efectos de que se trata”, y firmó el Decreto correspondiente, ratificando así la santidad de su vida, y declarándola Venerable.

MÁS INFORMACIÓN EN: www.historiasypersonajesdelazul.blogspot.com

 

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